La estrecha relación que había entre Elvis Presley y los relojes fue más allá que la de meros accesorios y complementos. Todos sus concierto y apariciones públicas fueron un alarde de la inmensa colección de cronógrafos que poseía el cantante y compositor estadounidense. Pero, sin duda, la joya de la corona de su colección es un reloj Ebel de oro único que, ahora, acaba de salir al mercado. ¿Quieres saber por qué es considerado la joya de la corona? Quédate con nosotros y sigue leyendo.
Elvis Presley sabía muy bien elegir piezas únicas y distintivas. Atesoraba gran cantidad de cronógrafos de multitud de firmas relojeras. Desde relojes Rolex y Omega más tradicionales y convencionales hasta piezas muy exclusivas firmadas por Ebel. Este último es el que firma la icónica pieza del cantante y compositor estadounidense.
Firmado por el relojero de lujo suizo Ebel, este reloj de oro amarillo que lució Elvis Presley de 14 quilates, deslumbra tanto por su curioso diseño como por sus singularidades. Este ‘bling’ presenta una correa dentada muy particular, un bisel incrustado con 26 diamantes blancos y redondos y una cadena entrelazada que recubre uno de los lados. Por otra parte, en el dial, los marcadores de hora azules aportan un gran contraste.
Muchos afirman que el difunto cantante le regaló esta increíble pieza a su amigo corista JD Sumner. Incluso, el propio Elvis hizo grabar en la correa el mensaje “De Elvis a JD Sumner, 1974”. Esto es una muestra más de la gran generosidad del cantante y compositor norteamericano. Sin duda, este reloj puede ser el artículo más extravagante que jamás haya regalado Elvis Presley a algún familiar o amigo.
La tienda de antigüedades MS Rau, con sede en Nueva Orleans, encontró este reloj de oro amarillo a fines de la década de 2000. Hasta la fecha, el cronógrafo solo había cambiado de manos dos veces. A pesar del paso de los años, esta pieza permanece en excelentes condiciones. Además, el nuevo propietario recibirá un certificado de autenticidad y una fotografía del cantante de Hound Dog luciendo el reloj en su muñeca. Este singular cronógrafo tiene un valor de más de 460.000 euros.